La ansiedad es algo muy habitual del ser humano, y todos la experimentamos en algún nivel ocasionalmente. Es nuestro «sistema de alerta temprana incorporado» que fué diseñado por la evolución para advertirnos cuando podría haber problemas y estar listos para enfrentarlos. En ocasiones, no obstante, el sistema de alerta temprana trabaja bastante y se prende con mucha continuidad cuando sencillamente no es requisito.
Se puede suponer en la ansiedad como el desempeño de un cerebro fuerte y saludable que es un poco sobreprotector. No es una disparidad y no posee inconvenientes. Es sobreprotector. Como toda cosa sobreprotectora, la ansiedad puede ser invasiva, confusa y agotadora. Para varias personas, puede que no haya indicios externos de que están ansiosos en absoluto. Sus indicios se manejarán maravillosamente y van a tener una intrusión mínima, si la hay, en sus vidas. Para otros, la ansiedad puede ser debilitante.
La ansiedad es un trastorno de lo más común en la actualidad
Las estadísticas sobre la ansiedad son asombrosas. La ansiedad es tan habitual, que si no la estás experimentando tu mismo, es muy posible que sí la esté padeciendo alguien de tu entorno.
La ansiedad es solo otra parte del ser humano. Todos poseemos nuestras ‘cosas’, y la ansiedad es únicamente una con la que varios de nosotros lucharemos ocasionalmente. Si alguien cercano a ti está experimentando ansiedad, probablemente halla signos. En ocasiones tienen la posibilidad de ser obvios. En ocasiones, tienen la posibilidad de abrirse sendero en el espacio compartido entre vosotros de formas más sutiles. De la misma manera que con algún cosa que esté pasando en la vida de la gente que amamos, es cuando la ansiedad se malinterpreta o se ignora cuando puede provocar un problema mayor.
Aquí hay algunas señales sutiles a tomar en cuenta que pueden ser indicios de ansiedad:
1. Prestar mucha atención a los detalles
Para alguien con ansiedad, tener muchos datos tan rápido como se pueda puede ser la mejor defensa contra la ansiedad. Los detalles tienen la posibilidad de contribuir a achicar los ‘qué pasaría si’ que alimentan la ansiedad antes de que hayan tenido la posibilidad de respirar. La necesidad de aclarar los proyectos, o llenar o cambiar varios de los datos no tiene que ver con tener que vigilar nada, sino de intentar que la ansiedad no los controle.
2. Inconvenientes para tomar decisiones
Tienen la posibilidad de tener inconvenientes para elegir, planificar, sopesar las secuelas y ordenar los pensamientos de una forma lógica y racional.
3. Evitar coincidir con muchas personas
Es habitual querer evadir las cosas en ocasiones, pero si alguien saca cosas, busca una salida, dice «no» a las invitaciones o cambia de proyectos, la ansiedad puede estar ahí. No hablamos de evadir ocasiones, personas o sitios (aunque parezca así), sino de evadir las experiencias horribles que causan la ansiedad.
4. Necesidad de escapar
La ansiedad impulsa a la gente a llevar a cabo las cosas seguras. ámbas formas en que esto puede ocurrir son pelear o escapar. Es una manera de evadir la ansiedad que puede venir acompañada de esas cosas en ciertas ocasiones.
5. Episodios de ira
A lo largo de la ansiedad, la opción a la «huida» es la «lucha». Esto puede parecer acometida o furia, pero subyacente puede ser la ansiedad y la necesidad de sentirse seguro.
6. Lágrimas
Cuando las personas sentimos ansiedad, tiene la posibilidad de romper a llorar, no por la tristeza, sino por la ansiedad. La parte del cerebro que está implicada en la ansiedad, la amígdala, además está implicada en la emoción.
7. Dolencias estomacales
Donde hay ansiedad, comunmente hay inconvenientes de estómago: estreñimiento, diarrea o cólon irritable. Hay un verdadero motivo para esto. En el intestino hay centenares de millones de neuronas. Esto se conoce como «el cerebro en nuestro intestino» o nuestro «segundo cerebro». Envían información desde el estómago al cerebro y son un actor clave en la salud psicológica y el confort emocional.
8. Preocupación recurrente
Cuando los pensamientos se vuelven persistentes e implacables, es muy posible que los impulse la ansiedad. Comunmente, hay un borde de irracionalidad o exceso en el pensamiento. Es habitual preocuparse en ocasiones, pero cuando influye en el accionar, la ansiedad puede ser la chiquita bestia combativa detrás de todo.
9. Inconvenientes de sueño
La carencia de sueño puede lograr que inclusive los humanos más agradables se pongan tensos, irritables o de mal humor. En ocasiones, un mal sueño es solo un mal sueño. Y en ocasiones es el trabajo de una cabeza ansiosa.
10. Apariencia distraída
Si alguien se ve olvidadizo, disperso o desatento, la ansiedad tiene la posibilidad de ser la culpable. Todos tenemos la posibilidad de ser un poco de esta forma en ocasiones, pero la clave está en la regularidad o intensidad de la distracción. La ansiedad tiene una manera de controlar el espacio mental con toda clase de pensamientos y intranquilidades.
No es cuestión de obsesionarse si vemos que alguien cercanos a nosotros cumple algunos de estos indicios, pero es bueno que estemos atentos. Estar abierto a los signos y las distintas formas en que se ve la ansiedad cuando desciende te va a proporcionar ayuda a ser una persona fuerte, de apoyo y tranquilizadora para la persona que te importa.
En nuestro centro de Psicólogos en Alcorcón, somos especialistas en trastornos de ansiedad y tratamos de manera presencial y online. Ponte en contacto con nosotros sin compromiso y te ayudaremos a afrontar dicha situación.
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