¿Cómo sé si tengo ansiedad?

Ene 15, 2020 | Ansiedad

Los síntomas físicos de la ansiedad perturban mucho a las personas que los padecen, aún en niveles bajos de ansiedad, no permiten a los afectados desarrollar su vida de forma plena y sin miedos. En niveles más altos, las personas llegan a temer por su vida y su integridad y pueden requerir de ayuda especializada inmediata, ya sea psicológico o psiquiátrica. Los afectados por los síntomas físicos y psicológicos más fuertes de ansiedad no ven salida ni formas de avanzar solos en el camino de liberarse de toda la ansiedad que acorrala sus vidas.

Los síntomas físicos y psicólogos de la ansiedad, aparecen con niveles altos de ansiedad y la intensidad depende del individuo y de los meses que haya estado soportando estos signos. Hemos podido ver esto en los pacientes que acuden a nuestra consulta de Psicólogo en Alcorcón.

Zona naranja: Niveles moderados y elevados

En el caso de la ansiedad moderada y elevada, a nivel físico podemos encontrar presión en el pecho y problemas de sueño. A la hora de dormir, encontraríamos los dos extremos, tanto dormir mucho como dormir poco por problemas de insomnio durante la noche. Del mismo modo, la alimentación también se puede ver afectada por una polarización de los comportamientos, es decir, el paciente oscilaría entre el exceso de comer mucho en poco tiempo, y de forma repentina, o no querer comer nada.

Por otro lado, en la cara, notaríamos tensión mandibular y sensación de hormigueo en mejillas, frente, mejillas, contorno de ojos, etc… Y relacionado con este síntoma, llegaríamos a la tensión en los músculos del cuello y de los hombros. La taquicardia, los mareos y la falta de aire también son síntomas que observamos en los casos de ansiedad generalizada moderada o elevada.

Las personas con ansiedad generalizada, además de los síntomas físicos, sufren otros a nivel emocional, como la pérdida de ilusión por las actividades y rutinas que antes realizaban a diario con alegría o, al menos, sin resignación. Además, son personas que “saltan” fácilmente y son reactivos a cualquier estímulo que pueda perturbarles, están muy sensibles y es fácil provocar su irritación. Esto les provoca que, al igual que en el caso de la alimentación, se polaricen en extremos de alegría, enfado o llanto repentino y expresado de forma muy exagerada.

trastorno ansiedad generalizada

Y tienen facilidad para pasar de un estado a otro en cuestión de segundos. En estos casos también es usual anticiparse a situaciones futuras y tener miedo a lo que pueda suceder en todo momento. La autoestima y la confianza suelen encontrarse en niveles muy bajos, lo que hace que sus habilidades sociales mermen y las relaciones que tienen se vean afectadas por sus constantes crisis y cambios de estado. De aquí que acaban sintiéndose, además, incomprendidos.

Poco a poco se alejan de esas relaciones y no se sienten bien en lugares con mucha gente, por lo que, al final, el sitio más seguro para protegerse es el propio hogar. Toda esta situación lleva a los pacientes a llegar a tener pensamientos de culpa, desconcierto, sinsentido e incluso muerte.

Zona roja: Ataques de pánico y crisis de ansiedad

Todos los síntomas explicados con anterioridad se disparan en momentos puntuales y es ahí donde aparecen los síntomas físicos y psicológicos de los ataques de pánico y las crisis de ansiedad. El cuerpo nota el adormecimiento de las extremidades, un ritmo cardiaco más alto, sudor, sensación de estar congelándose por todo el cuerpo, falta de aire y dificultad al respirar y presión en el pecho, entre otros. A nivel psicológico, toda la falta de interés e ilusión, y el miedo, se disparan hasta llegar a una absoluta ausencia de esperanza y al terror a lo que pueda suceder. El nerviosismo lleva aquí a intentar salir del lugar en el que la persona se encuentra, intentado buscar refugio, consuelo o soluciones en el exterior.

Todos estos síntomas son señales de alerta de nuestro cuerpo para avisarnos de que algo no anda bien y debemos resolverlo para volver a estar bien. Para saber más sobre ellos, además de solicitar ayuda psicológica especializada, puedes preguntarte sobre su origen una vez que hayan desaparecido. Nunca mientras estés en un episodio de ansiedad, sí después. Intenta comprender qué te está pidiendo tu cuerpo.

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Ansiedad y depresión

Quizás te has preguntado en este punto si, a raíz de tantos problemas y sentimientos de vacío, miedo, tristeza, incomprensión y desesperanza, la ansiedad puede desembocar en una depresión. Realmente son dos formas diferentes de afrontar lo que nos sucede. La ansiedad, como vimos en artículos anteriores, activa nuestro sistema de alerta y nos pone en modo de supervivencia y estrés. Sin embargo, para activar el sistema contrario, el de la conservación de energía, es necesario percibir lo que sucede como pérdida o fallo. En la ansiedad predomina el miedo y, en la depresión, la tristeza.

Sin embargo, y a pesar de que existen muchas diferencias, la Organización Mundial de la Salud (OMS) incluye el trastorno mixto ansioso-depresivo en la Clasificación Internacional de Enfermedades como una mezcla de síntomas que son propios de la ansiedad y de la depresión.

Prevención: La mejor solución

Por último, recuerda las 5 claves para mantenerte en un estado físico y mental óptimo que te permita afrontar mejor todos los eventos que te provocan nerviosismo, estrés o ansiedad.

  1. Alimentación saludable sin comidas copiosas, un buen desayuno, alimentos sanos y evitando la comida basura

  2. Respetar las ocho horas de sueño, dormir menos no te garantiza que ese tiempo te sea útil para el estudio y, todo lo contrario, te hará acumular cansancio y ansiedad

  3. No beber bebidas energéticas con cafeína porque pueden incrementar los síntomas fisiológicos de la ansiedad

  4. Practica algún deporte, ayuda a descansar mejor

  5. Practica técnicas de relajación que puedan ayudarte en situaciones de estrés o que tengas asociadas al peligro

Y recuerda, cada persona es diferente y hay muchos síntomas físicos y psicológicos de la ansiedad, por lo que es importante enfocarse en las soluciones y en una actitud que marque el inicio del cambio para dejarlos atrás todos, sin importar en qué momento aparecen o cuál es su intensidad. Todos tienen solución y un especialista siempre podrá darte apoyo y acompañarte en este camino. Recuerda que en nuestro gabinete de Psicólogo en Alcorcón podemos ayudarte con tus problemas de ansiedad

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Lidia Quindós Ovide

Tu psicóloga en Alcorcón

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