El tecnoestrés se puede definir como el impacto negativo de las actitudes, pensamientos, comportamientos o fisiología corporal causado directa o indirectamente por la tecnología. Es una enfermedad moderna de adaptación causada por una incapacidad para hacer frente a las nuevas tecnologías informáticas de manera sana. Desde los años ochenta el concepto ha ido adaptándose a la realidad cambiante, hasta que en el año 2007 se proporcionó una de las definiciones más extendidas y utilizadas a lo largo de la bibliografía señalando que se trata del estrés creado por el uso de las TIC.
Tecnoadicción
Se trata de una nueva adicción que afecta fundamentalmente a jóvenes y que en algunos casos ha venido a sustituir a otras más habituales hasta ahora entre esta población, como el consumo del alcohol, el tabaco o el cannabis. Debemos tener claro que la incidencia de las tecnoadicciones afecta a todo el conjunto de la sociedad y debe prevenirse desde edades tempranas. Para ello, es indispensable contar con recursos formativos y material pedagógico que pueda servir de guía tanto para familias como para centros escolares
Tecnoestrés en jóvenes y adolescentes
Para los miembros más jóvenes de nuestra sociedad es un problema sentirse “excluido” tecnológicamente. Como parte del tecnoestrés adolescente, quieren tener el teléfono móvil más moderno, el último videojuego de la temporada, el mejor reproductor, los auriculares… Lo más complicado de tecnoestrés adolescente es que el cambio de los aparatos es más acelerado que el poder adquirirlos y no todos los adolescentes comprenden que sus familias no pueden hacer grandes inversiones en tecnología a cada seis meses. La competitividad por estar conectado con lo último que el mercado ofrece y la compulsión a estar durante largas jornadas “pegado” a una pantalla son dos situaciones que en la actualidad vemos a diario en la juventud.
¿Cuándo debemos empezar a preocuparnos?
Uno de los síntomas es el aislamiento de las relaciones personales, siendo sustituidas por la comunicación virtual que permiten los dispositivos.
Otra cosa a la que debemos prestar atención son los cambios de humor y carácter al imponer reglas y restricciones en el uso de estos aparatos, o incluso la frustración o desesperación cuando no tienen a mano un dispositivo para conectarse.
El empobrecimiento del lenguaje de nuestros hijos y la pérdida paulatina de interés por las relaciones cara a cara, son dos de las principales consecuencias de la tecnoadicción. Es importante entonces entender este fenómeno psicosocial como una adicción y, como tal es necesario tomar estar atentos para prevenir futuras consecuencias.
En el Gabinete de Psicología LQO podemos ayudarte si crees que alguno de tus hijos está sufriendo las consecuencias de la tecnoadicción. Contacta con nosotros sin compromiso
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